Especial Cine sobre la dictadura: La noche de los lápices (1986) - Héctor Olivera

Como verán amigos, ya estamos en vísperas del 40° aniversario del Día Nacional de la Memoria, la Verdad y la Justicia y me pareció muy oportuno para conmemorar de alguna manera ese triste suceso, repasar distintas películas argentinas que hayan tratado de una manera u otra el Golpe Cívico Militar. Y la primera en ser analizada será esta sencilla película que aún siendo una pequeña cinta independiente, causó bastante repercusión por tratar de manera cercana, íntima y cruda, una de las noches más trágicas del Proceso de Reorganización Nacional, esa tristisima noche en la que un grupo de estudiantes en plena lucha por el boleto estudiantil fue secuestrado y torturado por los militares. Narrar un suceso así de fuerte no es para nada fácil y requiere de mucha habilidad ¿Tendrá la película la sustancia suficiente para narrar un evento así? Tras el salto, averiguemoslo.

Lo primero que tengo para acotar es que parece que la cinta esta hecha con un altísimo nivel de compromiso y de mimo de contar bien el suceso que se esta narrando por parte de todos sus implicados. Se nota que hay una gran pasión y un esfuerzo descomunal para que quede claro que el relato que el film esta contando no es simplemente una historia más, que lo que se esta narrando realmente sucedió a un grupo de jóvenes tales como nosotros, jóvenes con sueños, ilusiones, proyectos y canciones, jóvenes con toda una vida por delante, estropeada y reventada como pompas de jabón tal como dice Sui, por un grupo de inadaptados que querían perpetuarse en el país mediante la represión y el miedo.

Otra baza muy importante que le suma muchos puntos a la película es como retrata a los personajes y la relación de compañerismo y camaradería que va formando este grupo de adolescentes militantes y luchadores incansables con una autenticidad y veracidad que realmente da gusto. Porque la fácil hubiera sido narrar directamente todo como una crónica, contando solamente lo indispensable y saltando directamente a la parte de la tortura pero por suerte el film desarrolla de manera realmente notable a los personajes, su relación y todos sus pensamientos, de manera que cuando llegue la parte que todos conocemos y la que más nos duele, la cicatriz de esa herida tan profunda arda aún más todavía.
Y demás esta aclarado que las escenas de tortura donde vemos a los militares cometer las fechorías que todos conocemos de sobra que realizaron durante ese tiempo pero que son muy difíciles de soportar, están filmadas de una manera tan directa y sucia que casi que sentís que estas sufriendo lo mismo que los personajes. Justamente aquí creo que el hecho de ser un film independiente con poco presupuesto le juega aún más a favor a la película, porque al no contar con una gran producción detrás, esas escenas, lejos de caer en la truchada o de evidenciar trucos que rompan la ilusión, le dan una suciedad y una roñosidad que le sienta perfecto al ambiente triste y desolador de estar encerrado en ese centro de tortura y que tus sueños y futuro sean despojado por una escoria hambrienta de poder.

Hablando del bajisimo presupuesto de la cinta, es increíble la sensibilidad que posee la dirección de Héctor Olivera a la hora de retratar algunos momentos que, sin decir apenas palabras narran muchas cosas. Hay un sorprendente talento en narrativa visual que, dado toda la inexperiencia de los implicados no me esperaba encontrar, sobresaliendo así algunos momentos como cuando suena "Rasguña las piedras" mientras se muestra un montaje con todo el grupo de estudiantes acostándose a dormir plácidamente por última vez o el momento que todos cantan la misma canción con un plano de sus celdas. También vale destacar lo bien que funciona la catarsis cuando, después de que veamos todo el proceso de encarcelamiento de Pablo Díaz, se reencuentra en su celda con todos sus compañeros que habían sido capturados, es lo más parecido a un momento de geniuna felicidad que uno siente durante toda la desgarradora cinta.
Bien, hasta ahora han sido puntos positivos pero no hay que olvidarnos de remarcar los puntos bajos, que si que los tiene, a pesar de que no sean de tanto peso. Mi príncipal problema con la película, es que justamente de todos los estudiantes protagonistas el que menos interesante me resulta es Pablo Díaz, el cual es prácticamente el protagonista que en lo conceptual es lo lógico, ya que en la vida real fue el único de todos en quedar libre pero al mismo tiempo no se si es culpa del guión, la dirección o de Alejo García Pintos (un actor que nunca me convenció) pero durante el tiempo que el protagoniza la cinta se siente la ausencia de sus compañeros, mucho más interesantes.
Por otra parte el escueto presupuesto de la cinta a veces se nota mucho más de lo habitual, el montaje muchas veces es desastroso y la transición entre escenas es muy desprolija. Así mismo la parte de los padres, aunque empieza siendo interesante al final no lleva a ninguna parte y me termina sacando de la película.
En fin, estamos ante una película indispensable para el cine nacional y de visionado obligatorio para todos los que necesiten memoria para recordar esa etapa oscura que marcó nuestra historia. Un capítulo que nunca más se debe repetir, porque nuestros jóvenes deben tener derecho a educarse, a formarse, a tener su ideología y a ser escuchados, no a ser reprimidos, ni a ser inducidos ni adoctrinados por los grandes medios y las grandes corporaciones. Por todo los que lucharon contra la dictadura, por los hijos de aquella época triste, porque los lápices aún siguen escribiendo.
Pronto hablaremos de una película que le da una vuelta de tuerca a esta temática, pronto estaremos con 'Kamchatka'.



                             PUNTAJE FINAL: 7'5/10


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